lunes, 13 de julio de 2009

CARTA DE LETICIA VALDES A SU PADRE. EN EL DÍA DE SU CUMPLEAÑOS



video en memoria del Dr- Isaias Valdés Zaragoza

Hoy mi padre el Dr. Isaías Valdés Zaragoza, cumple 77 años y digo cumple porque está vivo en mi corazón, con la diferencia de que hoy lo amo, valoro, respeto y admiro más que nunca, mi padre un ser humano generoso de alma y acciones, digno hijo de Dios.

Incorruptible, solido en sus principios de justicia, honorable en toda la extensión de esta palabra, es, ha sido y será, el más amoroso y protector de los padres. Y protegiéndonos hasta su último aliento fue como la vida terrenal de mi padre se fue extinguiendo.

Un hombre justo y de honor como él, fue terriblemente lastimado por la guerra sucia de difamaciones en contra de nuestra familia y de el mismo, con atropellos monstruosos del todo falsos, incomprensibles en una mente sana y buena, guerra infame que fue desde dejar por debajo de la puerta de su consultorio pasquines comprados con dinero delincuencial que corrompe almas débiles, plagados de veneno y vilezas. Estos escritos pagados por Arcelia Yolanda León Ramírez, fueron los misiles que ella bien sabia dirigía al corazón de mi padre, esto aunado a la bajeza de ir a arrojarle desechos fecales en los ventanales de su consultorio, tierra negra de fétido olor, acciones dignas de una hija de Satanás, y qué decir de los violadores que esta satánica protege Gabriel Hugo Constantino García, su “esposo” y Adán Salvador Pérez Ramírez, “sobrino”, quienes siguen gozando de una libertad que no merecen, mientras nosotros abrazamos las cenizas de mi padre, que injusta se torna la vida cuando una serie de complicidades políticas y económicas proporcionan esta indefinida impunidad a los criminales.

Que duro y tormentoso saber que a tu padre le costó la vida enfrentar a estos delincuentes, y que ese fue con la gran preocupación de dejarnos en manos de toda esta suciedad, a la que no le ha importado que el expediente tenga el peso de todas las instancias por las que ha sido revisado confirmando y coincidiendo que está plenamente comprobada la responsabilidad penal de los implicados en la violación en contra de mi menor hijo dentro del Instituto San Felipe.

Sabemos que la justicia que no es pronta no es justicia, sabemos que todo este desgaste moral y económico de tres largos años apago la vida de mi padre, pero Yolanda no ha actuado sola evidentemente esta impunidad se la ha proporcionado un sistema tan perverso como ella misma, yo me pregunto esta seguirá siendo la justicia del nuevo PRI? O a mí si me tocara ver en vida que la justicia llegue a estas tan laceradas tierras Oaxaqueñas donde quien no es protegido del gobierno y se atreve a levantar la mano pidiendo justicia es asesinado.

En memoria de mi padre en nombre de mi familia agradecemos a todas las familias que nos acompañaron en su última morada, mi padre sin ser político, artista o empresario, tuvo a su lado la presencia de tanta gente de bien mostrándonos su apoyo y su pena por esta irreparable pérdida, en verdad el ver que la capilla velatoria, pasillos, paredes estaban completamente llenos de amigos sinceros, de coronas que ya no cabían, nos habla de lo mi padre sembró en Oaxaca, en su pésame al oído el escuchar el no están solos sabemos quién se llevo a tu padre y también sabemos que Dios hará justicia, nos deja claro que esta lucha que ya costó la vida de mi padre hoy cobra un doble sentido justicia por mi hijo y por mi amado padre. Quien murió siendo un mártir, y en este momento ya es un ángel muy cerca de Dios, donde ya no podrán hacerle más daño.

Nunca olvidare cuando al tratar de seguir hostilizando a mi hijo con mas declaraciones el juzgado lo cito por once ocasiones, mi padre muy mortificado no comprendía tanta maldad e hizo un escrito que yo conservo, donde pide piedad para su niño como él le decía a mi hijo, y les decía claramente que si estaban buscando una victima para eso estaba él.

Descanse en paz el mejor padre, esposo y abuelo.
Dios perdone a tus asesinos y bendiga a sus descendencias.
Con todo el amor y respeto a mi padre.
Leticia Valdés Martell, familia Valdés Martell.